ALTERNATIVAS ECOLÓGICAS A LOS MICROPLÁSTICOS
El término “Microplástico”, hace referencia a los pequeños fragmentos de plástico que se han convertido en una de las principales amenazas de nuestros días tanto para el medioambiente como para la vida de muchos seres vivos: humanos, peces, aves, etc. De ahí que sea necesario encontrar y utilizar alternativas ecológicas a los microplásticos si queremos cuidar los entornos naturales.
Cada año se fabrican millones de toneladas de plástico, y apenas un pequeño porcentaje se recicla. Gran parte de estos plásticos acaba en los entornos naturales, y con el tiempo, se van fragmentando en trozos cada vez más pequeños, tanto que no se aprecian a simple vista. Su reducido tamaño (inferior a los 5mm) hace que sean demasiado pequeños para ser eliminados por los sistemas de filtración de aguas residuales, por lo que terminan en los mares, ríos y océanos siendo ingeridos por pájaros, peces y otras especies marinas.
MICROPLÁSTICOS: OTRO PROBLEMA MEDIOAMBIENTAL
La situación es tan preocupante que estos microplásticos, también conocidos como microesferas de plástico, están omnipresentes en lugares tan remotos como la Antártida, en los sedimentos marinos e incluso en los corales. Ante esta situación de emergencia el equipo de la Fundación del Español Urgente (@Fundeu) promovida por la Agencia Efe y BBVA, compuesto por lingüistas y periodistas, ha designado recientemente “Microplástico” como palabra del año 2018. Con la elección de éste término, la Fundéu BBVA pone el acento en uno de los grandes problemas medioambientales a los que nos enfrentamos como sociedad.
Conviene recordar que el plástico es un material artificial que procede del petróleo y que tarda cientos de años en descomponerse en la naturaleza (hasta 1000 años según el tipo de plástico). Al no degradarse, las consecuencias sobre los entornos naturales son graves e irreversibles. Valga como ejemplo que en la mayoría de los grandes océanos la cantidad de plástico en suspensión ha superado al plancton.
Estos omnipresentes microplásticos proceden de la fragmentación de los plásticos y son utilizados por la industria como ingrediente en la elaboración de productos que usamos habitualmente tales como detergentes, dentífricos, cremas, exfoliantes, etc. De hecho, un envase de 150 ml puede contener entre 130.000 y 2.800.000 microesferas de plástico. Esto supone que cada vez que nos limpiamos la cara o lavamos los dientes, estamos vertiendo “involuntariamente”, como consumidores, miles de piezas de plástico al medio ambiente.
Según la investigación de Orb Media, el 83% de las muestras de agua de grifo analizadas en todo el mundo están contaminadas con microplásticos. Se calcula que cada año, solo en Europa, llegan al medio marino 8.627 toneladas de plástico procedentes de las microesferas que se encuentran en los productos cosméticos industriales.
MICROPLÁSTICOS EN LA COSMÉTICA
Los microplásticos utilizados en la industria cosmética son menores a 1mm, llegando hasta 0,0003 mm en cremas solares, por lo que la probabilidad de que estas partículas sean ingeridas por los peces y alcancen la cadena alimenticia es muy alta. Consecuentemente, supone un impacto negativo para nuestra salud y la de muchos otros seres vivos.
El motivo por el que la industria cosmética utiliza microplásticos en sus formulaciones es sencillo: se trata de un elemento muy versátil y muy barato. Por el contrario, localizar estos microplásticos en los productos cosméticos industriales no es tan sencillo, ya que se encuentran tras nombres químicos complejos como:
- Polyethylene (PE)
- Polypropylene (PP)
- Polimetacrilato de Metilo (PMMA)
- Tereftalato de Polietileno (PET) entre otros.
Como consumidores, estos datos tan reveladores deberían ayudarnos a tomar conciencia ambiental y a ser más responsables en los actos cotidianos que hacemos cada uno de nosotros. Y esta conciencia ambiental empieza por buscar y consumir productos que ofrezcan alternativas ecológicas a los microplásticos, como es el caso de la cosmética ecológica certificada, que prohibe la utilización de plásticos en su formulación y está sometida a estrictos controles.
En Estados Unidos, el uso de microplásticos en productos cosméticos está prohibido por ley (H.R. 1321) desde el año 2017. Esta ley afecta también a otras industrias que los emplean, como el sector textil y otros sectores industriales que elaboran ingredientes de tintas de impresión, pinturas en spray, molduras de inyección y abrasivos. En cambio, el uso de microplásticos en cosmética sigue estando permitido en la Unión Europea.
ALTERNATIVAS ECOLÓGICAS A LOS MICROPLÁSTICOS
Por este motivo, entendemos que la responsabilidad medioambiental de las empresas debe adelantarse a las leyes. Conscientes de este problema que supone la utilización de microplásticos en los productos cosméticos, desde ASHES TO LIFE hemos optado por la sustitución de estas partículas por otras alternativas biodegradables que aportan a la piel la capacidad de exfoliación, pero evitan la degradación medioambiental.
Además del uso de la ceniza que favorece la exfoliación, hemos incluido en la formulación de nuestro Jabón de Ceniza Exfoliante un micronizado de hueso de aceituna, un ingrediente natural y biodegradable que aporta a la piel un suave efecto exfoliante para ayudar a eliminar las células muertas facilitar la regeneración de la misma. Y es que, como se expone en el artículo de este mismo blog “Hueso de aceituna: un residuo de oro“, la incorporación de residuos a los procesos productivos (en este caso el hueso de aceituna), permite un aprovechamiento más óptimo de los recursos naturales y minimizar el impacto sobre el medio ambiente.
De esta forma ponemos en el mercado a disposición de los consumidores productos exfoliantes que son una alternativa ecológica real a los microplásticos. ¡¡¡Ya es posible cuidar la piel de las personas sin deteriorar el Planeta!!!
ASHES TO LIFE #CuidaTuPielYlaDelPlaneta