EL ACEITE DE OLIVA: UN ACTIVO COSMÉTICO CON MUCHA HISTORIA
Los aceites vegetales han sido utilizados a lo largo de la historia por las distintas civilizaciones de forma habitual. Pero si hay uno que destaca entre todos ellos, ese es el aceite de oliva. Empleado desde los orígenes como producto alimenticio, se le han dado otros usos entre los que destacan los religiosos, como combustible -en la iluminación de lámparas de aceite- y, por supuesto, como ingrediente cosmético para limpiar y cuidar la piel. Y es que el aceite de oliva es un activo cosmético con mucha historia.
Ya en el siglo VIII a. C., el poeta de la Antigua Grecia Homero se refirió al aceite de oliva como “oro líquido” en su famosa Odisea. Y esa similitud con el metal precioso que llegó a ser acuñado en monedas, no hace más que evidenciar el valor que se ha dado a este aceite vegetal por las distintas civilizaciones.
Histórica y culturalmente, este oro líquido ha estado muy ligado al área Mediterránea, circunstancia que sigue estando en vigor en la actualidad pues tan solo un 3% de la producción mundial se realiza fuera de esta área. España -con casi la mitad del total de la producción-, Italia y Grecia, acaparan las tres cuartas partes de la producción mundial del aceite de oliva.
UTILIZACIÓN HISTÓRICA DEL ACEITE DE OLIVA COMO COSMÉTICO
Perteneciente al género Olea de la familia Oleaceae, el olivo tal y como lo conocemos hoy en día (Olea Europea I), es un árbol cuyo cultivo comienza hace unos 7.000 años en la zona mediterránea pero que, a lo largo de la historia, ha ido extendiéndose por Europa, África, América, Asia Menor e incluso la India.
De unos 10-15 metros de altura y copa ancha, el olivo es un árbol con hoja perenne que puede vivir varios siglos gracias a la particularidad que tienen las yemas temporales de su bajo-tronco para emitir raíces y brotes. A su vez, su capacidad de propagación es muy variada, pues incluye la reproducción y la multiplicación, bien sea mediante óvulos, injerto, esquejes semileñosos o herbáceos, estacas, e incluso brotes de pie y micro-propagación.
Existen evidencias arqueológicas de muestran como la aceituna, el fruto del olivo, era utilizada en sus inicios para la extracción de aceite -al que se le daban distintos usos-. En el Antiguo Egipto, por ejemplo, el aceite de oliva era empleado frecuentemente en rituales y ceremonias de las altas esperas sociales. En la tumba de Ramses III se hayan representados jarrones de aceite preparados para el reino de los muertos.
Pero también, este valioso aceite de origen vegetal se utilizaba para iluminar y, por supuesto, con fines cosméticos. Precisamente fueron los egipcios (hacia el 2.000 a. C.) los que comenzaron a darle esta utilidad y a comercializar con el. En su cultura, apuntaban a Isis como la Diosa que enseñó a los hombres el cultivo del olivo.
Tal y como exponíamos en el artículo “El origen del jabón”, este ingrediente era utilizado junto a otros aceites vegetales para la creación de una pasta jabonosa de ceniza y arcilla que daba como resultado un recurso cosmético esencial para las capas más altas de la sociedad y que utilizaban para limpiar su cuerpo y cuidar su piel.
A mediados del segundo milenio a. C., llega la producción de aceituna y aceite de oliva a gran escala a la Antigua Grecia, donde era utilizado no sólo como alimento, sino también para curar heridas y la creación de ungüentos para los atletas. Posteriormente, sobre el sigo XI a. C., los Fenicios (considerada como la mayor civilización comerciante) llevaron el cultivo de esta especie a las costas del Magreb, a Cerdeña y al sur de la Península Ibérica.
Pero la expansión más notable del aceite de oliva se produjo gracias a los Romanos, que lo llevaron a todos los rincones del imperio. Y no solo su expansión geográfica, también se expandió su consumo gracias a la utilización de este aceite vegetal con fines cosméticos.
En este sentido, las mujeres romanas cuidaban con esmero su piel, utilizando el aceite de oliva para la elaboración de mezclas complejas que servían como maquillaje para que fuera fácil de extender y diesen brillo a su piel. A su vez, lo usaban como fijador de perfume, pues ayudaba a mantener la esencia de las flores (habitualmente utilizaban rosa o jazmín). Todos estos datos no hacen más que reflejar como el aceite de oliva es un activo cosmético con mucha historia.
COSMÉTICA ECOLÓGICA SÓLIDA Y CERTIFICADA ELABORADA CON ACEITE DE OLIVA
El conocimiento que tenían las distintas civilizaciones sobre el aceite de oliva y sus propiedades benéficas para la piel ha llegado hasta nuestros días. Por eso, no es e extrañar que este oro líquido sea usado para la elaboración cosméticos ecológicos. Y es que como se expone en el artículo “Propiedades del aceite de oliva para la piel”, este activo cosmético es, entre otras cosas, humectante, rejuvenecedor, antioxidante, cicatrizante, reparador y revitalizante.
Cabe destacar que, de todos los aceites vegetales, la estructura química del aceite de oliva es la más parecida a la del aceite natural de nuestra piel. Esta propiedad, sumada a las anteriormente citadas, son las que nos han llevado a optar por este ingrediente a la hora de formular la Colección ORIGIN, la línea de alta cosmética ecológica sólida de Ashes to Life que recupera el proceso histórico de fabricación del jabón e incorpora el rigor científico actual. Actualmente, esta colección está compuesta por dos cosméticos ecológicos sólidos, que son:
- Jabón de Ceniza Hidratante: Se presenta en un formato de pastilla de 100 g. Elaborado con aceites vegetales ecológicos de oliva y coco y con manteca de karité, tiene propiedades suavizantes, elastizantes, antioxidantes, emolientes y regeneradoras. A su vez, la equilibrada proporción de aceites esenciales que contiene en su formulación le aportan a este cosmético ecológico sólido actúe como en excelente cicatrizante, antiinflamatorio, calmante y que proporcione un efecto de regenerador cutáneo al tiempo que previene y atenúa estrías y arrugas.
- Jabón de Ceniza Exfoliante: Se presenta en un formato de pastilla de 100 g. Elaborado con aceites vegetales ecológicos de oliva y coco con alto porcentaje de antioxidantes (vitamina E) y vitaminas B3, B5 y B6. Contiene micronizado de hueso de aceituna que le proporciona un suave efecto exfoliante para ayudar a eliminar las células muertas de la piel y facilitar la regeneración de la misma. La exclusiva mezcla de aceites esenciales que contiene en su formulación hacen que este cosmético ecológico tenga efecto de regenerador cutáneo, antiinflamatorio, calmante y cicatrizante al tiempo que previene y atenúa estrías y arrugas.
Pero evidentemente, no todos los aceites de oliva son iguales. En este sentido, el de mayor calidad y el que aporta más beneficios a la piel es el Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) de primera extracción en frío y de producción ecológica que esté certificado. Y es precisamente este aceite vegetal (de INCI “Olea Europea Fruit Oil”) el que utilizamos para elaborar nuestros cosméticos ecológicos sólidos.
Al tener la certificación de producción ecológica, garantiza que el aceite esté libre de pesticidas y productos fitosanitarios que se utilizan en la agricultura convencional. Además, su proceso de obtención en frío (no ha sido refinados ni sometido a altas temperaturas en ningún momento), permite que el aceite mantenga todo su poder antioxidante y vitaminas.
La utilización de este “oro líquido” en la formulación de nuestros jabones, hace que los cosméticos ecológicos sólidos y certificados de Ashes to Life tengan propiedades humectantes, nutritivas e hidratantes. Aquellas mismas que las distintas civilizaciones han buscado a lo largo de la historia. Por eso, nuestra Colección ORIGIN que integra tradición e innovación, refleja a la perfección como el aceite de oliva es un activo cosmético con mucha historia. ¡Pásate a la cosmética ecológica de Ashes to Life! y empieza a cuidar tu piel.
ASHES TO LIFE #CuidaTuPielYlaDelPlaneta