EL SUELO DEL BOSQUE, RESPIRA
Los bosques son los pulmones del Planeta. Durante el día, los árboles absorben el dióxido de carbono y producen oxígeno, necesario para respirar. De noche, el proceso se invierte y los bosques comienzan a producir dióxido de carbono. Esto lo hacen de la misma forma que el resto de organismos vivos (plantas, bacterias del suelo, etc) que producen CO2. Es una parte inherente a su metabolismo. Gracias a la luz solar, las plantas transforman el dióxido de carbono en carbohidratos, un proceso que se interrumpe durante la noche, entonces, el CO2 es expulsado a la atmósfera. En otras palabras: el suelo del bosque, respira.
ÚLTIMOS ESTUDIOS SOBRE LA RESPIRACIÓN DE LOS ÁRBOLES
Un grupo de científicos de la Universidad de Arizona ha medido los procesos de respiración del bosque. Apoyados con sofisticada tecnología, han sido capaces de medir con precisión dos tipos diferentes (isótopos) de dióxido de carbono en el aire, demostrando así, que el suelo del bosque respira. Según cuentan los investigadores en la Revista Nature, los árboles «exhalan» menos dióxido de carbono durante el día de lo que se pensaba y la fotosíntesis del bosque no disminuye durante el verano. Los resultados cierran una brecha en nuestra comprensión del ciclo del carbono entre los ecosistemas terrestres y la atmósfera y podrían ser útiles en la fabricación de modelos más precisos para predecir los efectos del cambio climático.
“Hemos visto cómo todo un ecosistema de bosque consume y produce dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero vinculado al calentamiento inducido por el hombre”, dice Richard Wehr, investigador asociado en el laboratorio de Saleska, en el Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Arizona. “Si queremos predecir con mayor precisión cómo la perturbación humana va a impactar en el CO2 atmosférico y, por lo tanto, en el clima, tenemos que comprender mejor cómo los bosques absorben y liberan carbono”, explica el investigador.
Los bosques consumen CO2 mediante la fotosíntesis, que permite transformar ese CO2 en materia orgánica gracias a la energía de la luz solar. Las plantas, solo pueden hacerlo durante el día. Pero de día y de noche, plantas, microbios, animales y humanos producimos dióxido de carbono por la respiración, que es la descomposición de la materia orgánica (alimentos) para obtener energía, liberando CO2 en el proceso.
El CICLO DEL CARBONO ENTRE EL BOSQUE Y LA ATMÓSFERA
Este estudio es el primero en diferenciar la cantidad con la que cada uno de los dos procesos contribuye al ciclo del carbono entre el bosque y la atmósfera durante días, meses y años. Y los datos han revelado que algunas de las creencias convencionales utilizadas como base en los modelos climáticos necesitan ser revisadas. Así, por ejemplo, Wehr explica que como por lo general las tasas de respiración aumentan con la temperatura, los modelos recogen que los bosques respiran más durante el día que por la noche. “Y resulta que no es el caso: la respiración del bosque es al menos un 50% menor durante el día que durante la noche en el final de la primavera y principios del verano”, matiza el investigador.
Hasta hace poco se creía también que en los bosques de hoja caduca de las zonas templadas la fotosíntesis era menor y cada vez menos eficiente a medida que avanzaba el verano. Sin embargo, este estudio confirmó que los árboles caducifolios templados son diferentes: el bosque consume CO2 del mismo modo cuando las hojas son viejas como cuando son nuevas.
Las mediciones que han logrado hacer estos investigadores deberían ayudar a mejorar los modelos diseñados para predecir el clima. “Gracias a los bosques que capturan una parte del carbono que estamos emitiendo por la quema de combustibles fósiles, el cambio climático inducido por el hombre está ocurriendo más lentamente”, comenta Scott Saleska. “Sin embargo, con el fin de entender lo que los bosques van a hacer en los próximos 50 o 100 años, tenemos que hacer un mejor trabajo en la comprensión de cómo la fotosíntesis y la respiración del bosque responden por separado a los cambios del tiempo y del clima”.
EN ASHES TO LIFE PROTEGEMOS LOS BOSQUES
Ante tales evidencias, con nuestro Proyecto de Investigación Medioambiental ASHES TO LIFE Project que tiene como objetivo la restauración ecológica de los bosques que han sufrido incendios queremos contribuir a entender mejor los bosques y a cuidarlos en mejores condiciones, actuando eficaz y oportunamente ante los desastres que estos incendios causan en los pulmones del Planeta. Necesitamos despertar esa conciencia ambiental en cada uno de nosotros a fin de poder ganar la batalla contra el cambio climático. Para ello, resulta fundamental educar y enseñar, mostrando lo que sucede en la realidad de los hechos para que todos podamos tomar decisiones claras y concretas, con el objetivo de mejorar la calidad de vida del planeta y, consiguientemente, de la humanidad.
Tomar esa conciencia ambiental supone entender el valor de los recursos naturales que el planeta nos ofrece, pero también analizar y comprender el impacto negativo y la huella ecológica que generamos con cada una de nuestras actividades diarias. Y también supone entender como cada una de estas actividades diarias afectan no sólo a nuestro presente, sino a nuestro futuro y al de las generaciones venideras.
Y es que el suelo del bosque respira, pero también nos permite a todos respirar. Si no tomamos esa conciencia ambiental, dejará de hacerlo tal y como lo conocemos. Por ello, debemos re-educarnos y educar basándonos en el equilibrio para mejorar nuestra relación con los bosques en particular y la naturaleza en general. De esta forma lograremos una relación más sana con el Planeta.
ASHES TO LIFE #CuidaTuPielYlaDelPlaneta