FUEGO Y AGUA. IMPACTO DE LOS INCENDIOS EN EL CICLO HIDROLÓGICO
Lamentablemente, los incendios forestales siguen siendo una causa frecuente en la destrucción de ecosistemas. Su impacto ecológico depende en gran medida de la intensidad, recurrencia y duración del incendio – es muy superior a lo que se ve a simple vista y sobrepasa incluso las áreas afectadas -. Algunas de las consecuencias de estos incendios son: la destrucción de biodiversidad, el aumento de la desertificación, la erosión y la calidad y cantidad de agua. De ahí que en este artículo queramos poner foco en el impacto de los incendios en el ciclo hidrológico.
LAS CONSECUENCIAS DE LOS INCENDIOS NATURALES
Los incendios forestales naturales han ocurrido desde siempre como un elemento normal en el funcionamiento de los ecosistemas. A su vez el fuego ha permitido una serie de hábitats en los que distintos organismos pueden prosperar. La corteza gruesa de muchos árboles, como el pino piñonero y el alcornoque; la gran capacidad de rebrote de algunas plantas y árboles, como los robles y encinas; el desarrollo de raíces muy profundas o de semillas con cubiertas duras que se abren tras un fuego, como las del pino carrasco o la jara blanca, son evidencias de adaptación a las características de la zona mediterránea.
El impacto medioambiental de los incendios forestales no se limita a la biodiversidad del entorno. El suelo y el agua también se ven afectados de forma relacionada, de ahí que sea necesario explicar el impacto de los incendios en el ciclo hidrológico. Las zonas mediterráneas destruidas por el fuego son víctimas de un fenómeno conocido como “sabanización“. La tierra queda casi estéril y limita la recolonización de las plantas autóctonas. El suelo se vuelve más impermeable e impide la penetración del agua en su interior. La actividad bacteriana y de los hongos, trascendentales en los procesos biológicos del suelo, se ve también muy afectada. La sucesión de nuevos fuegos y lluvias torrenciales incrementa la erosión y la pérdida del suelo fértil.
Los cambios que produce el fuego en la vegetación, la fauna, los ciclos biogeoquímicos, las propiedades del suelo y los procesos hidrológicos, se deben al calentamiento producido por el mismo incendio, pero también a las condiciones ambientales surgidas tras la pérdida de la cubierta vegetal y el recubrimiento con cenizas derivadas de la combustión de la materia vegetal.
Mercedes Berenguer Bodi expone en su Tesis Doctoral:
“El paso del fuego transforma súbitamente el aspecto y el funcionamiento del ecosistema allí donde se produce, y deja una herencia que lo afectará durante años de manera muy dinámica y variable dependiendo de múltiples factores. Las cenizas son uno de los factores clave para entender la evolución de las zonas afectadas por incendios forestales. Las cenizas se consideran el residuo del material orgánico tras el paso del fuego. Estas cubren el suelo temporalmente formando una capa de espesor y características físicas y químicas variables, las cuales dependen del material original y de la severidad del incendio. Las cenizas influyen decisivamente en los ciclos biogeoquímicos, incluido el del carbono, modifican las tasas de infiltración del suelo y la generación de escorrentía, controlan las tasas de erosión y alteran las propiedades físicas y químicas de los suelos. Incluso después de ser lavadas, disueltas o erosionadas, seguirán influyendo en los ciclos de la materia y la energía al modificar las propiedades del agua y de los suelos donde se incorporen.”
IMPACTO DE LOS INCENDIOS EN EL CICLO HIDROLÓGICO
Resulta evidente que los incendios forestales generan cambios en el ciclo hidrológico dentro de las cuencas hidrográficas:
- La pérdida de vegetación
- Disminución de la materia orgánica
- Cambios en las propiedades del suelo podrían ocasionar una disminución en las tasas de infiltración, disponibilidad de agua y aumento de escurrimiento.
A su vez, las cenizas pueden aumentar la capacidad de infiltración y prevenir o retrasar la escorrentía hasta ciertas cantidades e intensidades de las precipitaciones. A todo lo anterior, hay que sumar, la disponibilidad de agua que se ve afectada por la vegetación post incendio, ya que cuando esta vegetación se comienza a recuperar, se produce un incremento en el consumo de agua debido a las altas tasas de evapotranspiración.
Además, el agua procedente de la escorrentía superficial arrastra las cenizas ocasionadas en el incendio pudiendo llegar a los cauces, ríos y mares, lo que altera la calidad de las masas de agua que tiene consecuencias negativas para la fauna y flora de los ríos y mares. Existen datos que evidencian que ese arrastre de cenizas tiene un efecto muy negativo para el marisqueo, principalmente para especies filtradoras como los moluscos (berbercho, almejas, ostras, mejillones), ya que estas especies al alimentarse por filtración retienen gran cantidad de sustancias que pueden estar contaminadas.
En el mismo sentido hay que considerar que durante el incendio, el humo que se emite a la atmósfera que contiene gases químicamente activos, y cuya toxicidad aumentará la intensidad y la duración del incendio. Gases como el monóxido y dióxido de carbono, óxido nítrico y metano, llegan a la atmósfera precipitando la lluvia ácida, lo que a su vez, también contamina las masas de agua. Por todo ello, podemos afirmar que los incendios forestales contaminan de diversas formas y ocasionan enormes daños en el medio ambiente.
LA SALUD DE LOS BOSQUES DEL MUNDO Y EL BIENESTAR HUMANO
Finalmente, se hace necesario destacar la importancia de los bosques respecto del ciclo del agua. Estos ralentizan el flujo de agua, que se infiltra gradualmente a través del suelo, garantizando un suministro estable durante todo el año, incluso en las estaciones más secas. Al mismo tiempo, filtran el agua que entra en nuestros ríos, lagos, arroyos y aguas subterráneas, aumentando así la calidad de este recurso vital.
Y es que la relación que existe los bosques y el agua es esencial para la vida del planeta y el bienestar humano. Pero no solo eso, tal y como se expone en el articulo de este mismo blog “Los bosques y el agua”, es tal su trascendencia y su vinculación que ambos, los bosques y el agua, están directa e indirectamente relacionados con varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
De ahí la importancia de encontrar soluciones sostenibles a largo plazo que permitan recuperar estos entornos naturales y devolverlos a la vida, como es el caso de nuestro proyecto Ashes to Life Project, con el que queremos devolver la vida a los bosques incendiados a partir de sus propias cenizas. Con ello, además, se ayudará a reducir el impacto de los incendios en el ciclo hidrológico. ¿Nos ayudas a restaurar los bosques?
ASHES TO LIFE #CuidaTuPielYlaDelPlaneta
Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía plantaría un árbol…aprendamos a amar más a la naturaleza, no la destruyamos, por el bien de nuestros hijos…