NENDO DANGO: UNA TÉCNICA DE SIEMBRA JAPONESA ALTAMENTE EFICAZ PARA RESTAURAR ESPACIOS NATURALES

La actividad humana está causando una innegable degradación de los entornos naturales, tanto rurales como urbanos. Sociedad civil, administraciones y empresas, están llevando a cabo distintas prácticas enfocadas a mejorar y/o restaurar estos espacios naturales, pues de ellos, depende nuestra supervivencia. Entre estas acciones, la técnica japonesa del Nendo Dango se presenta como una opción a tener en cuenta debido a que es relativamente sencilla, económica y altamente eficaz a la hora de reforestar, reverdecer o regenerar los suelos.

 

 

Los ecosistemas terrestres, entre los que se incluyen los bosques, son una fuente esencial de alimentos, proporcionan aire y agua limpios y constituyen el hábitat de millones de especies animales y vegetales. Pero también, ofrecen numerosos servicios ecosistémicos indispensables para la nuestra especie.

 

 

Las consecuencias de las actividades humanas y el cambio climático están provocando un gran deterioro en los ecosistemas y causando graves amenazas a las especies que habitan en ellos. Hasta el punto que La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha mostrado que la alarmante pérdida de biodiversidad es uno de los grandes riesgos del siglo XXI.

 

 

Esta problemática sumada a la mayor conciencia ambiental, ha propiciado la aparición de distintas iniciativas enfocadas a restaurar los ecosistemas dañados y favorecer el cuidado de la biodiversidad, entre las que se encuentra la técnica del Nendo Dango.

 

 

La restauración ecológica de ecosistemas forestales, además de ayudar a mitigar las consecuencias del cambio climático, permiten recuperar los múltiples servicios ecosistémicos que nos brindan los bosques.
Los bosques, además de ayudar a mitigar el cambio climático, proporcionan numerosos servicios ecosistémicos | ASHES TO LIFE

 

 

HISTORIA DE UN MÉTODO BASADO EN LA PROPIA NATURALEZA

 

 

La técnica del Nendo Dango fue desarrollada por el biólogo, agricultor y filósofo japonés Masanobu Fukuoka (1913-2008) como estrategia contra la deforestación.

 

 

Tras formarse como microbiólogo y agrónomo, Fukuoka trabajó como investigador de laboratorio dedicando gran parte de su tiempo a explorar las enfermedades de las plantas en Yokohama. Esta circunstancia, le llevó en 1937 a replantearse su forma de vida y a tomar la decisión de abandonar su trabajo para volver a la granja familiar, donde desarrolló una perspectiva distinta de agricultura.

 

 

Su especialización en microbiología y el alto conocimiento en el control de plagas de cultivos, le llevó a desarrollar una forma de agricultura derivada de la observación de diferentes procesos y dinámicas propias de la naturaleza.

 

 

Desde su punto de vista, la agricultura convencional y las prácticas que se realizan en torno a ella causan graves daños en la tierra, en las plantas y, como consecuencia, provoca una degradación ambiental. Por ello, se planteó que, quizá, la solución no consistía en buscar qué hacer para mejorar la producción, sino qué dejar de hacer.

 

 

Y es que según Fukuoka, nadie sabe más sobre cómo cultivar que la propia naturaleza, pues lo ha hecho sin problemas y sin causar daños durante millones de años. Atendiendo a esta forma de pensar, surgió la “agricultura natural” o también conocida como “agricultura salvaje”, que es aquella agricultura donde se deja a la naturaleza actuar de forma autónoma.

 

 

Definida por el propio Masanobu Fukuoka como Doctrina Wu Wei -no hacer en japonés-, esta forma de “no actuar” implica abandonar técnicas que siempre se han considerado como esenciales en la agricultura y que está basada en los siguientes principios:

  • No arar el terreno: Con el objetivo de que el suelo permanezca en su estado natural y no se altere ni su superficie ni su microecosistema.
  • No abonar: De tal forma que no se perturbe el ecosistema natural y se conserve la fertilidad del terreno, sus recursos vegetales, animales y los minerales del propio suelo.
  • No utilizar herbicidas ni pesticidas: Evitando así que estas sustancias contaminen los suelos y maten microorganismos beneficiosos. Este concepto supone que no hay malas hierbas ni malos insectos, pues forman parte del ecosistema y hay que interactuar con ellos.
  • No podar: Dejar que las plantas crezcan libremente según sus necesidades de espacio y luz.

 

 

En definitiva, este método de agricultura natural que se basa en imitar a la propia naturaleza, permite conservar las características del suelo, fomentar la calidad de los cultivos, el desarrollo sostenible de los ecosistemas y mejorar la calidad de vida de las personas.

 

 

Dado que las especies vegetales interesantes para el ser humano no pueden aparecer solas en los terrenos, una de las pocas acciones asistidas permitidas en la agricultura natural, es la siembra.

 

 

En este sentido, Fukuoka propuso la utilización del Nendo Dango, unas bolas de semillas de 1 a 3 cm de diámetro compuestas por arcillas, semillas de las variedades que se quieran cultivar, semillas de otras plantas que ayuden a fertilizar el suelo y proteger el desarrollo de las que darán fruto, sustrato, repelentes naturales y agua. La mezcla de estos componentes y su posterior amasado, permite crear unas bolas que protegen a las semillas de posibles depredadores hasta que las lluvias y el sol faciliten la germinación de las semillas.

 

 

Masanobu Fukuoka trabajó y perfeccionó esta técnica sin que esta tuviese repercusión más allá de su área de acción. Hasta que en el año 1975 publicó “La revolución de la brizna de paja”, un libro en el que explicaba la agricultura natural y que se convirtió en todo un referente a nivel mundial impactando sobre la agricultura ecológica y la permacultura.

 

 

Gracias al interés de Fukuoka en combatir la desertización y a la eficacia de este método (se consigue la germinación del 2 % de las semillas frente al 0,2 % de las semillas sembradas directamente al voleo sobre el terreno, lo que supone un 1000 % más de efectividad), el sistema del Nendo Dango ha trascendido más allá de la producción de alimentos y se ha convertido en una opción muy interesante a la hora de reverdecer los espacios naturales y trabajar la restaurar ecológica de los ecosistemas.

 

 

Masanobu Fukuoka se propuso combatir la desertización mediante la utilización del Nendo Dango, una técnica que consiste en la creación de bombas de semillas y que es altamente eficaz
La ceniza facilita la germinación de las semillas del Nendo Dango y las previene del ataque de plagas y enfermedades | ASHES TO LIFE

 

 

EL NENDO DANGO COMO HERRAMIENTA PARA TRABAJAR LA RESTAURACIÓN ECOLÓGICA

 

 

El evidente calentamiento global reflejado por múltiples informes, no hace más que poner de manifiesto la importancia de adoptar medidas y diversificar esfuerzos para impulsar políticas de mitigación y adaptación al cambio climático que ayuden a minimizar sus efectos y las consecuencias que estamos sufriendo en todo el planeta.

 

 

Entre las estrategias de adaptación –aquellas intervenciones destinadas a reducir la vulnerabilidad ante el cambio climático de los bosques y de las poblaciones que dependen de ellos-, la restauración de ecosistemas boscosos se presenta como una opción de gran valor para enfrentarnos a este problema global. Y es que tal y como exponíamos en el artículo “El papel de los bosques frente al cambio climático”, estos espacios naturales imprescindibles para la supervivencia de la vida en la Tierra, juegan un papel fundamental.

 

 

En este sentido, no es de extrañar que la técnica del Nendo Dango propuesta por Masanobu Fukuoka se tenga en cuenta como estrategia complementaria en tratamientos de dispersión de semillas a la hora de acometer la restauración ecológica de estos espacios naturales, pues como decíamos al inicio de este artículo, es relativamente sencilla, económica y altamente eficiente a la hora de reforestar, reverdecer o regenerar los suelos.

 

 

Evidentemente, estas tareas deben realizarse siempre trabajando conjuntamente con técnicos especializados y en colaboración con las administraciones locales, pues deben conocerse, antes de actuar, tanto las características como las necesidades propias del espacio a intervenir.

 

 

Como acción complementaria a nuestro Proyecto de Investigación Medioambiental con el que queremos devolver la vida a los bosques que han sufrido incendios a partir de sus propias cenizas, desde Ashes To Life estamos colaborando con distintos actores en el desarrollo de unos Nendo Dango especiales en los que se incluye ceniza.

 

 

Y es que según reflejan los estudios realizados, la utilización de ceniza vegetal, además de actuar como repelente de plagas, es un excelente abono natural que facilita la germinación de las semillas autóctonas incluidas en los Nendo Dango. De ahí la relevancia que tiene desarrollar este tipo de proyectos de cara a restaurar el capital natural y ayudar a mitigar las drásticas consecuencias del cambio climático. ¿Nos ayudas a crear vida de las cenizas?.

 

ASHES TO LIFE #CuidaTuPielYlaDelPlaneta

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Queremos devolver a la vida los bosques incendiados transformando parte de sus cenizas en productos ecológicos. #CUIDATUPIELYLADELPLANETA

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