El vidrio ha sido uno de los materiales que ha acompañado al ser humano a lo largo de la historia. Los constantes progresos tanto en tecnología como en investigación, han permitido que la producción de este material fuese perfeccionándose con los años. Hasta el punto de lograr envases con tecnología biofotónica como el vidrio violeta, capaces de proteger el contenido de los rayos más dañinos del espectro de luz.

 

 

HISTORIA DE UN MATERIAL ÍNTIMAMEMENTE LIGADO A LA COSMÉTICA

 

 

Aunque no se sabe con exactitud cuándo y dónde fue fabricado por primera vez el vidrio, los primeros vestigios datan de unos 5.000 a.C. en la zona de Mesopotamia. Se trata de unas pequeñas cuentas de collar agujereadas y que estaban formadas por arenas y otros materiales silíceos llevados a fundición. Ya en esa época, las piezas realizadas con este material estaban consideradas como elementos de gran valor.

 

 

Igualmente, existen piezas de vidrio que datan del 2.100 a.C. correspondientes a la civilización egipcia en las que se empleaba un método llamado “formado sobre el núcleo”. Los artesanos vidrieros fabricaban un molde -de arcilla y estiércol- que se envolvía en vidrio fundido al que se daba forma haciéndolo rodar sobre una superficie lisa. Sus talleres y hornos se ubicaban en las ciudades en zonas cercanas a los suntuosos palacios de los gobernantes.

 

 

No sería hasta finales del primer siglo a.C. cuando esta misma civilización revolucionó el trabajo con el vidrio al introducir un nuevo método: el vidrio soplado. Esta práctica, que ha permanecido casi inalterable hasta la actualidad, permitía a los artesanos elaborar recipientes de vidrio con formas complejas y simétricas con fines suntuarios y cosméticos.

 

 

Y es que no es de extrañar que una sociedad tan avanzada como la egipcia que, tal y como exponíamos en el artículo “El origen del jabón” utilizaban ceniza y arcilla mezclada con aceites naturales como recurso cosmético para cuidar la piel de las capas más altas de la sociedad, creasen piezas de vidrio para guardar estos productos y sus ingredientes tan codiciados, pues los cosméticos suponían un importante volumen de las transacciones comerciales egipcias.

 

 

La expansión del vidrio por el Mediterráneo no se generalizó hasta el año 700 a.C. Fue un material muy valorado por griegos, etruscos y cartagineses, y al igual que sucedió en Egipto, éstos lo usaban principalmente para crear recipientes y ungüentarios decorados,

 

 

 

 

CÓMO FUNCIONA EL VIDRIO VIOLETA PARA MANTENER INTACTAS LAS PROPIEDADES DE LOS COSMÉTICOS ECOLÓGICOS

 

 

Al contrario de lo que sucede con la cosmética convencional, donde resulta fácil encontrar conservantes entre las primeras posiciones del INCI, a la hora de formular cosméticos ecológicos, orgánicos y naturales, en el caso de que se utilicen conservantes, se hace en pequeñas proporciones y siempre libres de sustancias tóxicas.

 

 

Esta circunstancia, y el origen natural de los ingredientes que contienen en sus formulaciones, hace que los cosméticos ecológicos requieran de envases de mayor calidad para conservar intactas las propiedades de estos ingredientes y, a su vez, mantener la eficacia del producto.

 

 

Es por todos conocido que la luz solar, tan necesaria para todos los seres vivos, puede tener también un efecto degradante. En el caso de las plantas, y más concretamente en el de los ingredientes naturales, si una vez completado su proceso de maduración sigue expuesto a luz solar, el efecto de la misma acelera el proceso de descomposición molecular.

 

 

En este sentido, las características únicas del vidrio violeta, permiten filtrar los rayos más dañinos del espectro de luz visible y dejan que entren proporciones de las ondas de luz infrarroja y UVA, manteniendo los productos en el interior más frescos durante un periodo de tiempo más amplio.

 

 

Concretamente, el vidrio violeta permite una penetración de luz del 25 % al 45 % en el rango de 380 a 420 nanómetros (frecuencia violeta y UV-A) y aproximadamente un 60 % de penetración en el rango de 730 a 1050 nanómetros (frecuencia infrarroja).

 

 

Esta acción que protege los delicados ingredientes cosméticos naturales de los efectos de la luz, se produce gracias a los avances realizados en tecnología biofotónica con la que está desarrollado el vidrio violeta.

 

 

 

 

BIOFOTÓNICA AL SERVICIO DE LA COSMÉTICA ECOLÓGICA. CLAVE PARA CONSERVAR LA FOTOENERGÍA DE LOS EXTRACTOS NATURALES

 

 

Etimológicamente, el término “Biofotónica” está compuesto por las palabras griegas “bios” (que significa vida) y “phos” (que significa luz). De ahí que la Biofotónica se ocupe de las cuestiones médicas y biológicas en forma de tecnologías basadas en la luz, entre las que se encuentran las investigaciones de los procesos biológicos celulares y que permiten mostrar los procesos microscópicos que se desarrollan dentro de las células vivas.

 

 

Todos los seres vivos, sea cual sea su origen, necesitan un aporte continuo de materia y energía. Las plantas, de las que se extraen los ingredientes naturales para elaborar cosméticos, utilizan el agua como materia y la luz solar como fuente de energía.

 

 

Esta energía que contiene cada célula viva y que es imprescindible para su estructura y correcto funcionamiento, sufre una serie de transformaciones cíclicas, que en el caso de la cosmética pasa de los vegetales a los ingredientes que se extraen de ellos para producir los productos, posteriormente a la piel de las personas y de estos, a través del suelo y a la atmósfera de nuevo, a los primeros. Es decir, el flujo de la energía solar es unidireccional y cíclico: se inicia como energía solar y se degrada como energía térmica (calor) pero sin destruirse.

 

 

Tal y como reflejan los distintos estudios realizados, los extractos vegetales actúan como excelentes almacenes y transmisores de “fotoenergía”, siendo el nivel de biofotones (la luz emitida por el tejido vivo) un indicador relevante de la vitalidad y calidad de los productos.

 

 

Al contrario de lo que sucede con la cosmética ecológica, la cosmética convencional está repleta de conservantes e ingredientes muy procesados, por lo que en su composición contiene muy pocos biofotones o ninguno, haciendo que este tipo de productos prácticamente no aporte niveles de energía beneficiosos para las células vivas de la piel.

 

 

Esta particularidad hace que el envase utilizado para conservar los productos cosméticos ecológicos sea sumamente importante para mantener dicha energía. Y es ahí, donde las propiedades anteriormente expuestas del vidrio violeta que evita la pérdida de biofotones almacenados en su interior, conviertan a este material en la solución ideal para conservar la fotoenergía de los extractos naturales.

 

 

 

 

CRITERIOS DE SOSTENIBILIDAD QUE CONVIERTEN AL VIDRIO VIOLETA EN UN PACKAGING IDEAL

 

 

Las citada característica del vidrio violeta -permite almacenar la actividad biofotónica de los ingredientes naturales-, no es la única propiedad que convierte a este material en un aliado único  e ideal para conservar los cosméticos ecológicos.

 

 

Y es que como ya exponíamos en el artículo de este mismo blog “El vidrio: la opción de packaging sostenible para la cosmética ecológica”, algunas de las grandes ventajas que posee este material es que es de origen natural ,100% reciclable, de alta calidad, está libre de sustancias tóxicas y requiere un 40% menos energía para su producción que otro tipo de materiales.

 

 

Además, cuando se reciclan los envases de vidrio violeta ya usados, se crean unos similares sin pérdida de calidad o de cantidad de manera infinita, siendo el proceso de reciclado el mismo que el de fabricación, por lo que todos los envases se mantienen inalterables uso tras uso.

 

 

Conscientes de todas estas características, desde Ashes To Life hemos optado por utilizar el vidrio violeta como packaging principal de CELLULAR RADIANCE COLLECTION, una linera de Alta Cosmética Ecológica y Baja Huella Ambiental creada bajo un enfoque sostenible y que es específica para tratar los signos propios de la edad, permitiendo infundir a la piel una nueva luz y vitalidad.

 

 

Como hemos expuesto en numerosas ocasiones, dentro del sector la industria cosmética ecológica debe promover el respeto medioambiental y la sostenibilidad. Y en este sentido, el vidrio violeta se convierte en un aliado perfecto que ayuda a liderar este cambio a la vez que permite conservar intactas las propiedades de los ingredientes manteniendo la eficacia de los productos. Pásate a la cosmética ecológica de Ashes To Life y ¡súmate al movimiento de belleza consciente!.

 

ASHES TO LIFE #CuidaTuPielYlaDelPlaneta