Las estaciones se suceden y la edad de nuestra piel también registra los años. Las temperaturas bajan y las flores se han marchitado; nuestra piel, también comienza a perder elasticidad, el bello dorado del sol, y se ralentiza su capacidad regeneradora. Esa ralentización va abriendo paso a la edad; Es el precio de vivir que se compensa con el coste de hacerse mayor; En otras palabras, nuestro organismo como la tierra ...
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